martes, 30 de abril de 2013

viernes, 26 de abril de 2013

Fragmento


Sus caricias poseían una extraña cualidad. Unas veces eran suaves y evanescentes, otras, fieras, como las caricias que Elena había esperado cuando sus ojos se fijaron en ella; caricias de animal salvaje. Había algo de animal en sus manos, que recorrían todos los rincones de su cuerpo, y que tomaron su sexo y su cabello a la vez, como si quisieran arrancárselos, como si cogieran tierra y hierba al mismo tiempo.

Cuando cerraba los ojos sentía que él tenía muchas manos que la tocaban por todas partes, muchas bocas tan suaves que apenas la rozaban, dientes agudos como los de un lobo que su hundían en sus partes más carnosas. Él, desnudo, yacía cuan largo era sobre ella, que gozaba al sentir su peso, al verse aplastada bajo su cuerpo. 
Deseaba que se quedara soldado a su cuerpo, desde la boca hasta los pies.

miércoles, 24 de abril de 2013

anain nim

"La ansiedad es el mayor asesino del amor. Hace que los otros se sientan como si fueran náufragos y se aferran a usted. Usted desea salvarlos pero sabe que le estrangulan con su pánico.”